El
lunes, en el instituto, al volver de las rutas quedamos en el recreo
con los compañeros que no habían ido al viaje. Les entregamos unos
lápices de recuerdo de Cuenca. Los habían comprado las profesoras
durante el viaje. Queríamos demostrarles que nos habíamos acordado
de ellos. Cada uno de los que fuimos se lo entregamos a otro
compañero o compañera que se quedó. La entrega del lápiz fue
acompañada de un beso.
Pablo
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